Para la composición de la obra ha utilizado la proporción divina que aporta armonía, belleza y equilibrio. La autora ha querido que la Virgen sea el motivo principal de la pintura, utilizando un tono monocromático en su rostro que nos recuerda a la época en la que José Rodríguez Fernandez-Andes la esculpió. Para hacer honor a este gran imaginero, ha querido que quede representado a través de la mano que podemos ver en la esquina derecha de la pintura, mostrando el momento en el que está terminando de policromarla. Y para cerrar la composición ha utilizado la espiral áurea dibujándole las estrellas de 8 puntas que lleva la Virgen en su corona.
Obra a pastel sobre papel, tamaño 50x70. Autora: Victoria López.